Ya sé que soy pesada, ¡pero vuelvo a hablar de la endometriosis! Y no, no es porque no tenga más temas interesantes, sino porque cada vez más pacientes llegan a consulta con un diagnóstico de síndrome de intestino irritable (SII) cuando, en realidad, el problema es que la endometriosis sigue haciendo de las suyas… y lo peor de todo es que como ya no tienen la menstruación, ni se imaginan que estos síntomas raros puedan estar relacionados con ella. Si tus intestinos parecen estar en modo rebelde sin causa, ¡es momento de que prestes atención!
¿Qué tienen que ver los intestinos en todo esto?
Cuando hablamos de endometriosis, la mayoría piensa en el útero, pero este tejido rebelde tiene ideas más expansivas. En lugar de quedarse en su sitio, decide migrar a lugares como los intestinos, lo que da lugar a síntomas que harían pensar que tienes problemas digestivos. Estudios como el de Vercellini et al. (2014), publicado en The Lancet, destacan que la endometriosis intestinal afecta a un 37% de las mujeres con la enfermedad, causando síntomas como dolor abdominal, diarrea, estreñimiento y distensión. Así que, si sientes que tu intestino va por libre, no es raro pensar que estás lidiando con el síndrome de intestino irritable, cuando en realidad es la endometriosis quien está detrás del telón.
Dolor, hinchazón, y… ¿peso extra?
A medida que el tejido endometrial invade más partes del cuerpo, la inflamación también aumenta. Y esta inflamación no solo provoca dolor, sino que también puede alterar el metabolismo y contribuir al sobrepeso. Un estudio de Rafique y Decherney (2017) explica cómo la inflamación crónica puede dificultar la regulación del peso. Además, la endometriosis provoca fatiga y dolor crónico, lo que suele reducir la actividad física. Si un simple paseo te deja agotada, imagina ir al gimnasio… Pues eso, te quedas con las zapatillas nuevas sin estrenar. ¡Y el sobrepeso sigue sumando!
¿Y qué pasa cuando ya no hay menstruación?
Si ya no tienes menstruación por la menopausia (natural o inducida), es tentador pensar que la endometriosis se toma unas vacaciones, pero lamentablemente no es tan sencillo. Aunque es cierto que la falta de estrógeno puede reducir la actividad de la endometriosis, un estudio de Bulletti et al. (2010) demuestra que algunas mujeres siguen experimentando síntomas, sobre todo dolor pélvico crónico e incomodidad intestinal. Adherencias o cicatrices de tejido endometrial siguen causando molestias, a veces aún más difíciles de diagnosticar porque ya no están relacionadas con el ciclo menstrual.
El eterno dilema: ¿Endometriosis o intestino irritable?
El problema de confundir estas dos condiciones es más común de lo que se piensa. Tanto el SII como la endometriosis pueden provocar dolor abdominal, distensión, diarrea y estreñimiento. Pero hay una diferencia clave: el dolor de la endometriosis a menudo se agrava durante el ciclo menstrual (si aún lo tienes), mientras que el del SII parece seguir sus propias reglas. Desafortunadamente, muchas veces las mujeres con endometriosis son diagnosticadas erróneamente con SII debido a esta superposición de síntomas. Un artículo en BMJ Open (Husby et al., 2020) alerta sobre la necesidad de un diagnóstico preciso, ya que hasta un 50% de las mujeres con endometriosis también tienen síntomas compatibles con el SII. Si te tratan como si solo tuvieras un problema digestivo y los síntomas no mejoran, es posible que haya algo más ocurriendo en tu cuerpo.
¿Qué podemos hacer para mejorar los síntomas?
Si sientes que tanto tus intestinos como tu peso están en contra de ti, no te preocupes, no todo está perdido. Hay evidencia de que una dieta baja en FODMAP (una dieta que reduce ciertos carbohidratos que fermentan en el intestino) puede aliviar los síntomas digestivos tanto en personas con endometriosis como en aquellas con SII (Farland et al., 2018). También se recomienda aumentar el consumo de fibra, antioxidantes y ácidos grasos omega-3 para reducir la inflamación general del cuerpo. Así que menos ultraprocesados y más comida real. ¡Pero tranquila, tampoco hace falta vivir a base de lechuga!
La importancia de un diagnóstico correcto y un buen acompañamiento nutricional
Lo más importante de todo esto es que si sientes que tus síntomas van más allá de una simple molestia intestinal o te sientes perdida entre diagnósticos, acudas a un especialista. Un diagnóstico correcto de endometriosis puede hacer la diferencia en tu calidad de vida y, lo creas o no, el papel de un/a nutricionista colegiado/a puede ser clave. No solo para ayudarte a manejar los síntomas mediante la alimentación, sino también para lograr un peso saludable de manera sostenible y personalizada. La endometriosis no tiene por qué controlar tu vida, pero sí es fundamental tener una estrategia clara. ¡Así que no te la juegues! Acude a un/a nutricionista y da ese primer paso hacia una vida sin tanto drama intestinal.