Hoy toca hablar de un tema que da que pensar: la crononutrición, o cómo el momento en que comes puede ser tan importante como lo que comes. Sí, sí, así de sorprendente. Es hora de sincronizar nuestros relojes internos, porque resulta que tu metabolismo no tiene el mismo ánimo a las 8 de la mañana que a las 10 de la noche (a menos que seas un búho… y aun así, tengo mis dudas).

La Ciencia del Reloj Biológico

La crononutrición se basa en nuestros ritmos circadianos, esos ciclos biológicos de 24 horas que controlan, entre otras cosas, el sueño, el metabolismo y la secreción hormonal. Son como un ejército de pequeños relojes en nuestro cuerpo, coordinados por el gran jefe: el núcleo supraquiasmático del cerebro. Este reloj maestro se sincroniza con la luz del día y dicta cuándo es el mejor momento para metabolizar los alimentos.

Por ejemplo, por la mañana, el metabolismo está en plena forma. Las células responden mejor a la insulina, la hormona que regula la glucosa en sangre. Pero cuando llega la noche, el cuerpo se prepara para descansar y las cosas empiezan a funcionar… digamos, un poco más despacio. Comer un festín a las 10 de la noche es como pedirle a tu cuerpo que corra un maratón cuando ya está poniéndose el pijama (Scheer et al., 2021).

¿Pero Y Qué Pasa con los Nocturnos y los Diurnos?

No todos somos iguales cuando se trata de ritmos circadianos. Algunos somos más diurnos (personas matutinas, conocidas como “alondras”), mientras que otros son más nocturnos (los llamados “búhos”). Estas diferencias se deben a la cronotipología, un rasgo biológico que influye en cómo responde nuestro cuerpo a los ciclos de luz y oscuridad. Investigaciones recientes en Nature Communications han identificado variaciones genéticas que determinan estas preferencias (Jones et al., 2019).

Las personas diurnas suelen tener más energía por la mañana y tienden a rendir mejor cuando comen temprano, mientras que los nocturnos pueden tener un metabolismo más activo por la tarde y noche. Esto no significa que puedan comer sin restricciones a altas horas de la noche, pero sí que su metabolismo responde de manera diferente. La crononutrición, por tanto, debe adaptarse a estas variaciones personales para optimizar la salud metabólica.

Desayunar Como un Rey: La Ciencia Te Respaldará

Estudios recientes avalan la importancia de un desayuno contundente. Uno publicado en Obesity demostró que quienes consumen la mayoría de sus calorías por la mañana tienen un mejor control de glucosa y mantienen más fácilmente su peso (Jakubowicz et al., 2019). Desayunar adecuadamente ayuda a regular las hormonas del hambre y mejora la eficiencia metabólica, algo así como arrancar el día con el motor a punto.

Otro estudio publicado en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism reveló que las cenas tardías pueden causar picos perjudiciales de glucosa e insulina, dificultando la pérdida de peso y aumentando el riesgo de enfermedades metabólicas (Mekary & Hu, 2020). Así que, sí, la crononutrición no es un invento de moda; es ciencia pura y dura.

¿Qué Pasa Si Cenas Como Si No Hubiera Mañana?

Ahora, imagina que tu cena es un banquete digno de una boda. Comer tarde y en exceso afecta tus ritmos circadianos y ralentiza el metabolismo. Estudios muestran que las comidas nocturnas pueden desincronizar los relojes periféricos del cuerpo, lo que resulta en un mayor almacenamiento de grasa y un peor control de la glucosa (Garaulet & Gómez-Abellán, 2019). En otras palabras, comer de noche es básicamente sabotear tu metabolismo… y eso no se lo perdona ni tu cuerpo.

Cómo Hacer Que La Crononutrición Trabaje A Tu Favor

Aquí te dejo algunas claves prácticas (y fáciles) para sacarle partido a esta ciencia de los horarios:

  1. Desayuna en condiciones: Nada de un café triste con galletas. Un desayuno rico en proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos puede hacer maravillas por tu energía y tu metabolismo. ¡Despierta a tu cuerpo con ganas!
  2. Haz de la comida tu comida principal: La comida del mediodía debería ser tu plato fuerte, con todos los nutrientes que necesitas para mantenerte activo sin caídas energéticas.
  3. Cenas ligeras y tempranas: Olvídate de la pizza a las 11 de la noche. Tu cuerpo quiere algo fácil de digerir para descansar y regenerarse. Piénsalo como una señal de respeto a tu metabolismo nocturno.

Conclusión: Comer en el Momento Correcto No Es Una Moda, Es Ciencia

La crononutrición nos enseña que nuestros cuerpos no son máquinas que funcionan igual a todas horas. Comer alineado con nuestros ritmos circadianos es una herramienta poderosa para la salud metabólica y el control del peso. Y recuerda: cada persona tiene su propio cronotipo. Así que la próxima vez que te plantees cenar tarde, piensa si eres realmente un búho nocturno… o si tu cuerpo ya está en pijama y con ganas de descanso.

¡Ponte en hora con tus comidas y verás la diferencia! Porque a veces, cambiar el “cuándo” puede ser tan importante como el “qué”.

Acude a un/a nutricionista colegiado/a que te asesore en como poner en marcha la crononutrición adaptándose a tu ritmos circadianos.


Referencias

  • Garaulet, M., & Gómez-Abellán, P. (2019). Timing of food intake and obesity: A novel association. Obesity Reviews, 20(1), 14-30.
  • Jakubowicz, D., Barnea, M., Wainstein, J., & Froy, O. (2019). The impact of breakfast timing on metabolic health. Obesity, 27(4), 637-644.
  • Jones, S. E., Lane, J. M., & Wood, A. R. (2019). Genetic studies of chronotype in 697,828 individuals provide insights into circadian rhythms. Nature Communications, 10(1), 1-9.
  • Mekary, R. A., & Hu, F. B. (2020). Timing of eating and its effect on obesity and metabolic disorders. The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, 105(8), 2607-2615.
  • Scheer, F. A. J. L., Morris, C. J., & Shea, S. A. (2021). The internal circadian clock and its role in metabolism regulation. Annual Review of Nutrition, 41, 491-532.

 

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